Los delitos económicos también conocidos como “delitos de cuello y corbata” son todas aquellas conductas ilícitas cometidas por personas naturales, personalmente o a través de personas jurídicas, que afectan el patrimonio de una o más víctimas, el sistema financiero o el mercado en general.
El ámbito que abarcan estos delitos es bastante amplio, comprendiendo desde simples estafas hasta complejos ilícitos financieros, aduaneros o tributarios. Así, los tipos penales considerados “delitos económicos” son aproximadamente 250, figuras que son sancionadas con penas que van desde una simple multa –como ocurre con algunos ilícitos que atentan contra la propiedad intelectual - hasta penas que consisten en 15 años de privación de libertad – en delitos como el de quiebra fraudulenta-.
Para enfrentar este tipo de delitos, la Fiscalía de Chile cuenta con dos grandes herramientas. Una de ellas, es su equipo de 117 fiscales especializados distribuidos en todo el país. La otra, una Unidad Especializada a nivel central que brinda asesoría y apoyo a las investigaciones en el área, además de capacitaciones para colaborar en la especialización de fiscales y profesionales.
Este tipo de criminalidad forma parte de las prioridades de persecución criminal, debido al alto impacto social que generan, bajo la premisa de que un delito de “cuello y corbata” puede violentar a las personas de igual forma que un delito de mayor connotación, sobre todo cuando afecta a una multiplicidad de víctimas.
Para combatir de mejor forma estos delitos y lograr resultados de excelencia, la Fiscalía trabaja coordinadamente con entidades públicas y/o privadas relacionadas con la investigación de la delincuencia económica -Fiscalía Nacional Económica, Superintendencia de Valores y Seguros, Servicios de Impuestos Internos, Servicio Nacional de Aduana, entre otros-.